El día de ayer ha estado emocionante… fútbol, un creciente rumor de que veremos Steam y el motor Source de Valve para Linux en unos meses y el principio de Google Drive (aunque ya tenga mis 5GB poco caso le voy a hacer, por no haber sacado el cliente para Linux…).
Linux está de actualidad, y me encanta. Y ahora vamos a saludar a esa distro que está rompiendo moldes entre los servidores de Amazon, Instagram y demás «gentecilla» del Cloud Computing pero que sigue intentando ser una referencia en los escritorios GNU/Linux.
Una vez cumplido un nuevo ciclo de la longeva distro, nos llega la nueva versión LTS («Soporte de Larga Duración») de Ubuntu. «Precise Pangolin» supone la madurez del proyecto que hace unas versiones añadía Unity de manera definitiva, puliendo en esta nueva versión todo lo que este entorno gráfico conlleva.
A los que menos versiones de Ubuntu habéis sufrido os recuerdo: las versiones LTS no buscan imponer un montón de medidas revolucionarias, sino asentar lo ya hecho y asegurar la estabilidad del sistema. Una vez actualizados a Precise Pangolin, podemos darnos por satisfechos y temblar ante la oleada de cambios que puedan llegar en octubre, con la versión 12.10 de la distro (y es que Canonical, cada vez que sacan una LTS, la «arman» -para bien- meses después con la siguiente versión).
Las mayores novedades de esta versión vienen en forma de personalización del entorno Unity, configuración de la gestión de nuestra privacidad y el innovador asistente HUD, que pretende mejorar nuestra interacción con el sistema ofreciéndonos acceso inmediato a documentos, menús, marcadores, etc.
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